Además de su importancia geológica, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl tienen un amor de leyenda. ¿Ya la conocías?
La historia ha sido contada miles de veces, un amor prohibido que finalmente logró su unión eterna: la leyenda del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl.
No se puede hablar de estos volcanes por separado, esta pareja no solo es parte de una de las leyendas más populares de México, también son la segunda y tercera montaña más altas de México.
El Popocatépetl y el Iztaccíhuatl y su importancia geológica
El Popo, o Don Goyo se eleva a más de 5 mil 540 metros sobre el nivel del mar, mientras que el Iztaccíhuatl, también conocido como El Izta o “La mujer dormida” alcanza los 5 mil 286 metros.
Se les considera de los volcanes más antiguos de México, y debido a eso, se cree que fue una montaña sagrada en la época prehispánica.
Ambos volcanes se encuentran en el Parque Nacional Iztaccíhuatl – Popocatépetl Zoquiapan, el cual es una de las áreas naturales protegidas más antiguas del país desde 1935.
Hace 12 años fue declarado por la UNESCO como Reserva de la Biósfera. Además, cada 12 de marzo, algunos pobladores llevan ofrendas lo más cerca posible del cráter de Don Goyo, esto como parte de su cumpleaños.
La leyenda del Popocatétepetl y el Iztaccíhuatl
La leyenda cuenta que una princesa tlaxcalteca llamada Iztaccíhuatl y un guerrero de su pueblo, Popocatépetl, fueron flechados en el momento en que se vieron.
Eran tiempos bélicos entre tlaxcaltecas y aztecas, así que antes de partir a la batalla, Popo pidió la mano de la hermosa doncella de la que se había enamorado, la cual le fue concedida con la condición de que regresara del combate sano y salvo para que pudieran casarse.
La princesa Iztaccíhuatl vio partir a su amado y esperaba su retorno. La ausencia fue aprovechada por un rival de Popocatépetl, como también estaba enamorado de la princesa, decidió engañarla.
Le dijo que su amor había muerto en la guerra, ella al saber esto, murió de tristeza.
Amor en forma de volcán: la culminación de la leyenda del Popocatépetl
Popocatépetl regresó victorioso de la batalla, feliz porque al fin podría estar con su amada y casarse con ella.
Sin embargo, fue recibido con la noticia de que su prometida había muerto.
Popocatépetl solo quería estar con ella, por lo que subió a una pequeña montaña con el cuerpo de su amada y ahí se quedó a velarla.
Los dioses cubrieron sus cuerpos de nieve para que permanecieran eternamente juntos.
Por ello el Popocatépetl está unido con el Iztaccíhuatl en la parte norte, que a su vez se conecta con el Paso de Cortés.
Cuando colocó el cuerpo de su amada en la cima de la montaña, él se quedó a su lado con una antorcha en mano.
Se dice que cuando el Popocatépetl recuerda a su amada Iztaccíhuatl, su antorcha vuelve a encenderse, por eso, este volcán sigue activo, arrojando fumarolas de humo cada tanto.
Así que la historia de dos de los volcanes más representativos de México es una de amor.
Y ustedes Chilangos ¿Qué otras versiones conoces de la leyenda de el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl?