¡María Candelaria! ¿Sabes por qué las trajineras tienen nombres de mujeres?

Ya sea para aventarse un palomazo o echar pasión, las trajineras de Xochimilco son un clásico chilango. Pero, ¿sabes por qué las trajineras tienen nombres de mujeres?

La historia del México prehispánico se revive a bordo de este tipo de embarcaciones originarias del humedal del Anáhuac. Mientras flotas, puedes apreciar aquella visión líquida de Xochimilco, a la que el escritor Carlos Fuentes caracterizó como “la región más transparente del aire” –refiriéndose a todo el Anáhuac–.

Los canales existen desde mucho tiempo antes de que Hernán Cortés se pusiera a llorar debajo del Árbol de la Noche Triste. En la actualidad abarcan únicamente las alcaldías de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, que en conjunto forman la llamada “zona chinampera”. Las trajineras son el único medio de transporte prehispánico que sobrevive en nuestros días, así como sobrevive el frágil ecosistema de esta zona lacustre, misma que fue declarada el 11 de diciembre de 1987 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO gracias a su aportación cultural.

Foto: Anngie_gm

¡Ligaban poniéndole a las trajineras nombres de mujeres!

El uso original de las primeras trajineras estaba destinado a la transportación de bienes y personas desde tiempos prehispánicos, aproximadamente desde el año 1350. Pero hasta la bandita chilanga prehispánica le encontraba un doble uso a todo. Fue así que este tipo de embarcación bastante florida pasó de servir al rubro transportista al de la “conquista”. ¡Y todo empezaba con un nombre de mujer!

¿Cuántos guerreros azteca le habrán dedicado a una que otra mujer originaria de Xochimilco, una trajinera con su nombre? La respuesta es: ninguno. En realidad los nombres de mujeres en las trajineras se empezaron a utilizar en la época del Porfiriato. Este fenómeno se popularizó justo cuando los paseos en trajinera se volvieron “lo más” entre los catrines. Porque sí, ese era el propósito de bautizar a una trajinera con algún nombre. El hecho de poder decir y hacer público tu romance con alguna damisela, o de perdis expresarle tus coquetas intenciones. Ya si la cosa pintaba bien, hasta podías culminar tu romance floreado en la tierrita firme de una chinampa y acurrucarte toda la noche –junto a tu bebitx fiu fiu– para despertar en pleno amanecer chinampero.

De flores a papel maché

¿Regalar flores? ¡Qué es eso! ¡No! Lo que se estilaba era regalarle a tu amors su nombre en trajinera. Y como Xochimilco era conocida como la tierra de las flores, pues su nombre específicamente significa “campo de flores” en náhuatl, no se escatimaba en el arreglo floral –obviamente natural– que la trajinera llevaría como corona de la embarcación. ¡Lilis, gardenias, magnolias, y hasta flores del paraíso seguro formaron con pétalos los nombres de bellas mujeres! 

Y aunque lo de los nombres empezó en tiempos de Don Porfis, no podemos evitar pensar cómo habrá sido la conquista prehispánica en este paraíso xochimilca. ¡Vaya vista la que han de haber tenido quienes sucumbían ante el romance en tiempos prehispánicos! ¿Te imaginas haber echado pasión flotante mientras los volcanes te observaban y el dios Tláloc te humedecía con su ligera lluvia? ¡Ay papaya de Celaya! ¡Ay vainilla escondidilla! Y aunque ahora las flores naturales se han cambiado por adornos de papel maché, los nombres de mujeres todavía engalanan a las cientos de trajineras flotantes.

¿Y tú qué nombre le pondrías?

Trata de responder de nuevo esta pregunta: ¿Por qué las trajineras tienen nombre de mujer? Y de paso échale seso a lo siguiente: aunque en esta nota hemos hecho referencia a “nombres de mujer”, lo cierto es que los nombres no tienen género. El género es una construcción social. Así que ¿por qué no regalarle a tu bebitxfiu fiu la trajinera con el nombre que le apetezca? ¿Qué nombre le pondrías?

¡Ni sudes ni te acongojes! ¿Entonces qué? ¿Le ponemos Jorge al niño después de ponerle nombre a la trajinera? Comparte esta nota con tu bebitx fiu fiú para que bautice una trajinera de Xochimilco con tu nombre.

*En esta ventana al pasado romántico lacustre no puedo evitar pensar: ¿Cuántas trajineras habrán tenido el nombre de “Majo”? (Pone cara triste porque la neta nunca fue de muchas conquistas).

Foto: Javdoe